En épocas veraniegas, con temperaturas altas, es bastante común que diversas personas sufran los llamados golpes de calor. En general, los sectores de la población que pueden sufrirlo con mayor facilidad son los niños y los ancianos, además de personas con mucho peso, o con enfermedades del corazón, de los pulmones o de los riñones.
En este artículo veremos cómo detectar si una persona sufre un golpe de calor, así como las posibles soluciones que podemos dar mientras llega la ayuda médica. Pero antes, veremos uno de los síndromes que pueden aparecen previamente a un golpe de calor: el agotamiento por calor.
Agotamiento por calor
El agotamiento por calor no es sinónimo de golpe de calor, pero puede llevar a uno, si no es debidamente tratado. En este caso, dicho agotamiento se produce cuando el cuerpo pierde mucha agua o sales minerales; casi siempre tras trabajar o practicar deporte a temperaturas altas.
El cuerpo pierde dichos componentes a causa de una sudoración excesiva o una deshidratación. Aunque puede ocurrir de forma repentina, suele pasar tras el transcurso del tiempo.
Síntomas
Dentro de los síntomas que pueden indicar agotamiento por calor aparecen de diversos tipos y en distintas partes del cuerpo. Por ejemplo, la piel puede estar fría, erizada y humedad cuando se está al calor. El cerebro puede no funcionar bien, lo que provoque dolor de cabeza, desmayos, mareos, sed extrema o incluso algo de desorientación.
Asimismo, el pulso puede aparecer como débil y rápido, y la presión arterial sería baja al estar de pie. Además, pueden mostrarse otros signos, como fatiga, calambres musculares, náuseas, vómitos y menor producción de orina.
En caso de que no se trate, este agotamiento por calor puede provocar un golpe de calor, por lo que siempre será mejor tomar medidas para evitarlo.
Tratamiento
Para ello, lo mejor es trasladar a la persona a una zona con sombra o aire acondicionado, poniéndola en una postura cómoda, con el cuerpo recostado y las piernas ligeramente levantadas. Si el paciente tiene ropa ajustada o gruesa, lo mejor será quitársela.
Además, se le puede dar de beber agua fresca o una bebida deportiva con electrolitos. En general, cualquier bebida puede ser útil, siempre y cuando no tenga ni alcohol ni cafeína, ni que tenga una temperatura extrema (fría o caliente). Aparte, se puede refrescar a la persona echándole agua fría con un atomizador, y dándole aire con un abanico.
Golpe de calor
El golpe de calor es un síndrome que aparece ante la imposibilidad del cuerpo de bajar una temperatura corporal muy alta. Aunque parece algo leve, podría poner en riesgo nuestra vida en caso de que dañe órganos vitales, como el cerebro o los pulmones.
Al igual que en el caso anterior, una de las causas es la realización de actividad física intensa con temperaturas altas. Otro motivo puede ser el estar en una zona con alta temperatura durante más tiempo del que nuestro cuerpo puede soportar.
Aunque el agotamiento por calor puede llevar a un golpe de calor, este síndrome puede aparecer sin que haya otra afección previa. En especial, puede aparecer en grupos de riesgo, como niños, ancianos, personas con sobrepeso o con enfermedades crónicas.
Este problema suele darse al comienzo de la época veraniega, ya que el cuerpo aun está en proceso de adaptación a las altas temperaturas, por lo que, por así decirlo, le pilla desprevenido dichos cambios ambientales.
Síntomas
Los síntomas son parecidos al del agotamiento por calor, aunque pueden ser más graves que en caso anterior.
La piel puede aparecer como enrojecida, caliente, seca, o con sudoración excesiva. Además, la fiebre es superior a los 40ºC (o 104º Fahrenheit).
La respiración y el pulso están acelerados, lo que puede desembocar en convulsiones o desmayos. De hecho, puede haber daños en el cerebro que se manifiesten en forma de dolor de cabeza, confusión, agitación o balbuceo. En casos muy extremos, la persona puede acabar en coma.
Tratamiento
Si crees que estás ante un caso de golpe de calor, antes de nada, hay que llamar al número de emergencias local (en España es el 112). Después, hay que alejar a la persona de la zona con calor, ya sea a la sombra o a un lugar con aire acondicionado.
Lo importante es refrescar al paciente. Por ello, se le puede rociar con agua fría, mientras se le abanica. También se le pueden colocar toallas frías y húmedas. Si está consciente, se le puede dar de beber agua fresca o una bebida deportiva con electrolitos. En general, cualquier bebida puede ser útil, siempre y cuando no tenga ni alcohol ni cafeína, ni que tenga una temperatura extrema (fría o caliente).
En caso de que la persona pierda el conocimiento y no muestre signos de circulación (movimiento, respiración o tos) hay que realizar la reanimación pulmonar. En el artículo que te dejamos enlazado te mostramos cómo realizar la RCP manual de forma correcta.
Esperamos haberte ayudado a conocer mejor los procedimientos que se deben llevar a cabo en caso de un golpe de calor. Ahora bien, si quieres profundizar más en el conocimiento de los primeros auxilios necesitas algo más, como los cursos que ponemos a tu disposición en EGS.
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