La maniobra Heimlich es uno de los procedimientos médicos más famosos que puede aprender cualquier persona, y que puede ayudar a una persona que se esté asfixiando a volver a respirar de forma normal.
En este artículo veremos todas las claves sobre la maniobra del Heimlich, de forma que puedas usarlo correctamente en las situaciones necesarias ¡Empezamos!
Qué es la maniobra Heimlich
Antes de nada, tenemos que saber en qué consiste este procedimiento. Esta maniobra consta de compresiones abdominales para recuperar el funcionamiento normal de las vías respiratorias, cuyo trabajo se ha visto afectado por un objeto que bloquea sus conductos.
Mediante esta maniobra, conseguimos que el paciente expulse aire de los pulmones. Al presionar fuertemente el abdomen, generamos que el diafragma comprima los pulmones creando una presión positiva de aire en el interior de nuestro sistema respiratorio que hace expulsar el objeto alojado hacia el exterior por la boca.
Síntomas que indican la necesidad de esta maniobra
No siempre hará falta usar este procedimiento, por lo que debemos prestar atención a los siguientes signos:
- Imposibilidad para hablar
- Imposibilidad de toser
- Sonido silbante al momento de la respiración
- El paciente se agarra la garganta
- Cara de color rojizo o azulado
Si vemos alguno de estos síntomas tendremos que preguntar a la persona si se está asfixiando, y si puede hablar. Si mueve la cabeza diciendo que sí y no puede hablar, tenemos que llamar al número de emergencias, y hacerle la maniobra de Heimlich hasta que llegue la ayuda médica.
Ahora bien, si puede hablar, esto indica que las vías respiratorias están obstruidas en parte, por lo que no es una situación urgente que requiera de intervención. No obstante, podemos pedirle que tosa para que pueda expulsar el objeto extraño de sus conductos respiratorios.
Cómo realizar correctamente la maniobra Heimlich
Para empezar, hay que poner nuestros brazos alrededor de la cintura del paciente, inclinando su cuerpo un poco hacia delante de nuestra cintura.
Una vez tenemos bien sujeto al paciente, tenemos que hacer un puño con una mano, mientras la otra la envuelve. El lado del pulgar del puño deberá estar situado entre el ombligo y la parte más baja de las costillas de la persona. No se debe colocar el puño sobre las costillas.
Una vez estamos listos, debemos presionar el puño contra el abdomen del paciente, buscando una compresión rápida que va hacia adentro y hacia arriba. Estas compresiones se deben repetir hasta que el objeto salga.
En caso de que la persona sufra vómitos, tenemos que acostarla de lado para evitar que el objeto obstruya totalmente los conductos respiratorios.
En caso de que el paciente pierda el conocimiento, debemos acostarlo en el suelo, sobre su espalda. Además, tendremos que llamar al número de emergencias, y comenzar la reanimación cardiopulmonar, cuya forma de ejecución puedes verla en el artículo enlazado.
En cualquier caso, aun si logramos que la persona expulse el objeto, la acción del equipo de emergencias es necesaria, ya que el paciente necesitará un chequeo médico para comprobar que todo está bien. Por ello, siempre hay que llamar a emergencias antes incluso de ejecutar la maniobra.
Consideraciones especiales
En niños mayores de un año se puede usar la maniobra de Heimlich; no obstante, habrá que usar menos fuerza que en el caso de un adulto.
En caso de que la persona tenga sobrepeso, o esté embarazada, tendremos que hacer compresiones torácicas, en vez de abdominales. El puño deberá estar en el centro del esternón del paciente, y habrá que hacer una serie de empujones rápidos. Esta acción se deberá repetir hasta que el objeto sea expulsado, o hasta que la persona pierda el conocimiento; en cuyo caso, deberemos hacer lo comentado en la sección anterior.
Esperamos haberte ayudado a conocer mejor la maniobra de Heimlich y saber cómo usarla de forma adecuada. Ahora bien, si quieres profundizar más en el conocimiento de los primeros auxilios necesitas algo más, como los cursos que ponemos a tu disposición en EGS.
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